12.10.12

Hilos Rotos: 1



"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto,
y de pronto toda nuestra vida se concentra
en un solo instante."[Oscar Wilde]


Soy Juan Carlos Torres, ese era el nombre de mi padre también, por eso todos me dicen J.C. Tocaba la batería en una banda llamada “Needle Heads” y estaba próximo a irme a la capital en unos días a estudiar ingeniería. Mi vida nunca fue perfecta, pero ahora sentía que la vida me odiaba.
Mi novia acababa de negarse a venir conmigo en mi viaje y también me rechazo cuando le propuse seguir juntos a distancia, me sentía devastado y para rematar, los chicos de la banda me estaban esperando en casa de nuestra vocalista para una fiesta de despedida. Pero bueno pues, tenia que ir.
Salí de casa a las 7:30 p.m., no quería ser el primero en llegar y que Nata y los demás me interroguen sobre lo de Mariana, así que me asegure de que no pudieran intentar “consolarme”. Llegue a las 8:20, no era un buen margen pero serviría de algo, y ya salía bulla, lo cual era una excelente señal. Entre al edificio y subí al tercer piso, llame a la puerta del 308, escuche a todos peleándose por abrir la puerta, pues me habían visto pasar frente a la cámara del lobby. Finalmente, Nata, la dueña de casa, los pudo hacer a un lado y abrir la puerta; en ese momento todos me saltaron encima a abrazarme despeinarme chocar puños, me sentía igual que en una reunión familiar. Todos estaban súper eufóricos y felices porque me iba becado a estudiar en la Católica y ver sus caras de animo me dibujo una sonrisa en el rostro, no pude sentirme triste en lo absoluto, pero me estaba olvidando de algo.
¾    Gente! Miren lo que les trajo su J.C. – dije enseñando la botella de Absoulut Vodka que había comprado.
¾    Wooouuuuu! – gritaron todos mientras pasaban la botella sobre sus cabezas cual rock-star que se lanza al publico.
Entramos a la casa, todos saltando, bailando y gritando en mitad de la sala, baile con Nata y Michelle, luego Gianina se nos unió y entre los 4 se nos ocurrió armar una coreografía improvisada, fue tan divertido, pero de pronto deje de sentirme tan bien, así que fui donde Marlon y Lucho.
¾    Cholito en que estas?- dijo Marlon estrechando mi mano.
¾    Aquí pues, con los pies hechos mierda – respondí sentándome en el brazo del sillón y chocando puños con Lucho – Y ustedes como van?
¾    Bien – dijo Marlon sonriendo – Nata y yo estamos mejor que nunca.
¾    Y yo y Michy iremos a la misma U – respondió Lucho haciendo la mano cornuta en señal de victoria.
¾    Me alegro por ustedes – les dije.
¾    Y tú como vas con Mari? – dijo Lucho mientras Marlon le metía un lapo – Au!
¾    Bien, tranquilos – dije tratando de parecer calmado – está por aquí?
¾    Eh… no – nunca había visto esa mirada en el rostro de Marlon – hay algo que debes saber…
¾    Suéltalo, qué es?
¾    No es fácil de contar – añadió Lucho
¾    Díganmelo de una maldita vez.
¾    Está bien, está bien – Marlon tomó aire, suspiró y tomó aire nuevamente – MarianaSeAcostóConPedro.
¾    O-k – tarde un poco en procesarlo por el shock – ya, déjate de jodas.
¾    No es joda J.C. – lo secundo Lucho – Marlon y yo hicimos un pequeño experimento, no invitamos a Mariana pero si a Pedro y no ha venido
¾    Y según su vieja – añadió Marlon – salio para aca hace como tres horas.
¾    Ya, pero eso significa…
¾    Mari tampoco esta en casa.
¾    ok – dije casi en un susurro, algo en mi se rompió en ese momento – hace cuanto lo saben?
¾    Lo sospechábamos hace más o menos dos meses porque los veíamos hablar mucho cada vez que faltabas a clases.
¾    Pero no te queríamos decir nada hasta estar seguros.
¾    Bueno, pero eso no significa que necesariamente se acostaran
¾    Giani nos contó que un día la vio cerca de la casa de Pedro, con todo le cabello alborotado.
¾    Bueno… - tome aire para no quebrarme – eso explicaría porque se ha empeñado tanto esta tarde en que no podíamos seguir juntos.
¾    Espera que! – dijeron los dos al unísono.
¾    Si, está tarde que le conté que me iba, me ha armado todo un escándalo y me llamo pendejo por querer estar con ella así sea a la distancia.
¾    Puta madre tío, esa tipa enserio que no vale nada – dijo Marlon
¾    Si brother cálmate – añadió Lucho al ver que mis ojos se humedecían.
¾    Lo se brother lo se – “Pero yo estaba enamorado de ella” quise añadir.
¾    Ya viejo relájate.
¾    Toma un poco – añadió Marlon tendiéndome un trago.
Sentí el dulce abrazo del alcohol cauterizando las heridas de mi corazón, mientras en mi mente los veía a los dos, revolcándose como los perros que eran, riéndose en mi cara; ella disfrutándolo , mientras que a mi el corazón se me hacia pedazos y el totalmente satisfecho por haberme podido quitar a mi chica. No aguante mas tiempo, me levante y salí al pasillo; Marlon, Lucho Nata y Michy vinieron detrás mío.
¾    MIERDA! – grite dándole un golpe a la pared, mis nudillos – MALDITA PERRA! – golpeando nuevamente con lagrimas en los ojos – TE ODIO, QUE CARAJOS TE HICE, ZORRA TRAIDORA! – esta vez los golpes fueron mas rápidos y fuertes, tanto que mis nudillos se pelaron comenzaron a sangrar.
¾    J.C. PARA POR FAVOR! – grito Nata mientras Marlon y Lucho me sujetaban para no seguir lastimándome.
¾    Brother… cálmate…
¾    No… vale… la pena
¾    Suéltenme, puta madre. Ahhhh! OK, está bien!… tienen razón – dije mientras me acomodaba la camisa luego de zafar de sus manos, luego volví a darle otro golpe a la pared – PERO ME JODEEE!
¾    Tranquilo “Micho-micho” – Michy salio de la nada y me abrazó – esa tarada no vale ni tus lagrimas ni mucho menos tus golpes, ahora vamos a dentro antes de que los chicos destrocen la casa de Nata o tú le rompas la pared al vecino.
¾    Ay “Michy-michy” – le devolví el abrazo, luego Lucho Marlon y Nata, también se acercaron – Gracias chicos... no se que haría sin ustedes.
Íbamos entrando, yo mirando a todas partes para que nadie tuviera tiempo de darse cuenta que había llorado. De pronto, tan repentino como un baldazo de agua helada, entre toda esa gente, vi a una chica, era hermosa, su cabello tenia ese tono especifico de castaño que me encantaba; sus ojos, de un color caramelo, tan profundos que un segundo me bastó para perderme en ellos; y una sonrisa tímida y dulce que me cautivó. Ella era simplemente bellísima.
Me acerqué despacio, algo nervioso y temblando. Era extraño pero no sentía el mareo en absoluto, aunque su mirada me hacia sentir fuera de mi, como si pudiera simplemente ver al cielo volar y alcanzar una estrella.
¾    Hola – wow J.C. enserio eres brillante, pensé mientras esperaba una respuesta.
¾    Ah! Hola – respondió ella
¾    No… No te había visto antes… por aquí digo… eres nueva en la ciudad? – pregunte con timidez.
¾    Si, me mude hace poco – respondió mirando al suelo tímida pero coquetamente – tú hace cuanto vives por aquí?
¾    Toda mi vida, bueno casi – fui ganando más confianza por su pregunta.
¾    Que bien – contesto sonriendo – como te llamas?
¾    Juan Carlos – era la primera vez en mucho que usaba mi nombre – y tú?
Marcos tropezó conmigo haciéndome volver de golpe a la realidad, había estado soñando despierto como a veces suelo hacer. La verdad, no me atrevería a hablarle, no en el estado en que me encontraba, y una chica así de linda ya debe tener novio o por lo menos a cincuenta chicos detrás de ella. Me fui a sentar con el resto de la banda.
¾    J.C.! Mi bastardo favorito, donde estabas? – dijo Gianina corriendo hacia nosotros.
Giani era una chica físicamente linda, pero andar con ella era como andar con un muchacho más, era la última de cuatro hermanos, todos ellos varones, por lo que estaba familiarizada con los temas que tocábamos y la forma en que hablábamos. Todos estábamos de acuerdo en que si Giani fuera un poco mas chica tendría a cualquier chico a sus pies, pero por lo demás era siempre genial andar con ella, a todos nos llamaba sus bastardos.
¾    Yo también te quiero monga – le respondi mas animado por sus ocurrencias.
¾    Bueno me llega donde hayas estado, ven conmigo A-HO-RA! – dijo tomándome del brazo – tienes que conocer a alguien.
¾    Hey hey mas despacio – le dije mientras me zafaba de su brazo para recuperar el equilibrio – recuerda que mis brazos son desarmables.
¾    Jajajja – rió – cierto, había olvidado que te rompes facilmente. No importa, igual apúrate.
Seguimos forcejeando hasta que llegamos a un sillón y me quede frió, ahí sentada, estaba la chica que acababa de ver hacia un momento. Sus ojos se encontraron con los míos, por un segundo todo el resto del mundo desapareció y solo estábamos los dos, ahí, uno frente al otro. Nunca había experimentado nada como aquello, era parecido a estar drogado, pero con la diferencia de que era consciente de todo lo que ocurría, y en ese instante, nos acercábamos de a pocos, era como si la conociera de toda la vida.
¾    Y bueno prima, el es J.C. el chico del que te hable – dijo Giani, en ese momento me di cuenta que Giani de algún modo estaba entre nosotros dos y Claire seguía sentada en el sillón – y ella es mi prima Claire, estoy seguro que se llevaran bien, tienen muchas cosas en común loquito – añadió revolviéndome el cabello. Bueno chicos, los dejo para que se sigan conociendo.
¾    Esta loca – dije mientras Gianina se iba y yo me sentada al lado de Claire – y Claire vives cerca de aquí?
¾    En realidad no – dijo ella – pero mis papis quieren mudarse a Lima y me estoy quedando donde Giani mientras preparan las cosas de la mudanza.
¾    Jajajja – no pude evitar reírme – es curioso porque a mi me organizaron esta fiesta porque me voy para allá a estudiar.
¾    Enserio? – pregunto ella mordiéndose un poquito el labio – y como así?
¾    Bueno, conseguí una beca….
Pasamos horas de horas conversando, la noche parecía quedarnos corta y yo me sentía demasiado bien a su lado, pero algo dentro de mí me decía que lo que estaba haciendo no estaba bien.
¾    Guau! Amo esa canción – dijo ella cuando empezó a sonar Heaven, de Bryan Adams – Vamos a bailar – añadió tomándome del brazo.
Con Mariana nunca habría podido hacer algo como esto, no porque no quisiera, sino porque le daba mucha vergüenza, Claire en cambio, me abrazo y yo la tome de la cintura mientras Bryan Adams, tan preciso como siempre, cantaba “...And baby you are all that I want when you are lying here in my arms…”. Fue un momento mágico, cada vez que nuestras miradas se encontraban era como si nada mas existiera y esas fracciones de segundo terminaban durando una eternidad a la espera de sellarse con un beso.
Todo era increible, pero no podía quitarme a Mariana de la cabeza; era como un mosquito que venia a picarme justo cuando me estaba quedando profundamente dormido, me chupaba la sangre y me cagaba el sueño.
¾    Estoy algo cansado – dije luego de 15 canciones entre salsa, merengue y electro – te parece si vamos a sentarnos un rato?
¾    Claire, ya vino  mi tío – era Adriana, la prima menor de Giani.
¾    Hola Adri, no sabía que habías venido – le dije
¾    Oh! Hola J.C. – respondió sonrojándose, luego miro a Claire con complicidad – Quieres que lo entretenga un rato?
¾    No te preocupes… dile que ahora voy – respondió ella sonriendo.
¾    Déjame invitarte algo antes de irte – atine a decir no sé de dónde.
¾    Mmm... Está bien – dijo con la sonrisa más dulce que he visto en mi vida.
Fuimos a la barra y me hice el barman, o mejor dicho payaso, por unos instantes mientras le preparaba un ‘margarita’. Ella se reía cada vez que lanzaba la coctelera al aire y la atrapaba con la mano opuesta y rió aun mas cuando casi se me cae pero logre capturarla con el pie justo antes de que llegue al suelo, Nata me habría asesinado. Sin darme cuenta, estaba coqueteándole mientras ella parecía responder positivamente, me sentía tan contento que el recuerdo de lo de esta tarde ya no me afectaba tanto.
¾    Está rico – dijo luego de probarlo – pero me gusta más fuerte.
¾    Gracias, es uno de mis favoritos – respondí con una sonrisa mientras me armaba un chilcano – y créeme si esta fuerte solo que los sabores se mezclan y no lo parece y… a esto le falta limón
Me levante corte un limón y lo exprimí encima, luego corte una rodaja y la puse en el vaso, luego recordé la primera vez que había preparado un margarita, había aprendido a hacerlos con un tutorial en internet porque a Mariana le encantaban, una lagrima se deslizo por mi pestaña y se lanzo en picada a mi vaso.
¾    Aquí estas hija, ya vámonos se hace tarde – el señor Ramírez, el padre de Gianina se había acercado y había tomado a Claire por el hombro protectoramente.
¾    Tío, puedes volver más tarde a recogernos? - pregunto ella.
¾    Lo siento hija pero mañana debo trabajar y…
¾    Señor Ramírez que tal?  - lo interrumpí tendiéndole la mano – como ha estado?
¾    Ah... J.C. hijo no te había visto  - dijo mientras me miraba paternalmente – como vas tomando lo de... ah olvídalo no he dicho nada.
¾    La verdad… digamos que algo bien, pero de todos modos duele – respondí sabiendo a que se refería y preguntándome como se había enterado tan rápido.
¾    Tío, acabo de conocer a J.C. y ha sido muy amable conmigo seguro el me llevara mas tarde a la casa si tú no puedes – dijo ella lanzándome una mirada de complicidad.
¾    Si... eh... claro... – dije a penas capte su mirada – No se preocupe señor usted me conoce la dejare en su casa sana y salva.
¾    Bueno hijo solo porque eres tu – dijo guiñándome un ojo - no confiaría en ningún otro.
¾    Eso fue mmm... ...divertido? – le pregunte una vez que el señor Ramírez se hubo perdido de vista.
¾    Bueno, si me estoy divirtiendo – dijo ella con una mirada tierna – y aun no termino mi margarita
¾    Pues en ese caso, hagamos que dure – dije riendo.
Hablamos por horas, cuando nuestras bebidas se acabaron fui a preparar mas y luego seguimos hablando, riendo, conociéndonos. En toda la noche me entere de que ella cumplía 16 este año, que le gustaban los libros, la música de los 90’s, los paseos por la playa y que su color favorito era el fucsia.
¾    Hey esa canción es hermosa – dijo ella al notar que el fondo musical ahora era “Linger” de the cranberries.
¾    Si es cierto, hace uff que no la escuchaba – dije mientras ella se arreglaba un mechón de cabello luego, si saber porque me puse de pie y le tendí la mano – quieres bailar?
¾    No  me quede frio  no es cierto – dijo riendo, tomado mi mano y levantándose también – pero vamos mas al centro
Bailamos cual película americana, los dos abrazados en la sala a oscuras, a ritmo de una balada lenta, y en ese momento cruzamos miradas. Ella mantuvo sus ojos en los míos y viceversa, fue como si el tiempo se hubiera detenido, nos acercamos lentamente ambos cerramos los ojos, grave error; en ese momento vinieron a mi todos los recuerdos de Mariana, de esta tarde, de su traición…  y de la mía. Todo eso junto, me hizo dudar si era correcto volver enamorarme tan rápido, o si sería posible no lastimarla; no pude seguir, desvié el rostro plantando aquel beso en su mejilla, en lugar de sus labios.



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